Por la zona de La Magallona, el día de Navidad, otro bonito día de caza con una niebla rara. Niebla que no estaba en las zonas bajas pero sí en las medias.
En medio de un olivar me encontré una especie de clavo avellanado y un soporte de hierro con forma semicilíndrica. Al enseñárselo a José Miguel, me comentó que era del sistema de bisagra de las puertas de las masadas. Ese clavo, se colocaba en la parte inferior de la puerta de madera y el soporte sujetaba la madera donde estaba clavado ese clavo para que no se astillara. En el corral y masada donde aparcamos el coche había una puerta en el suelo que me ayudó a entender su función. En la parte del suelo donde apoyaba este clavo para que pivotase la puerta, se colocaba una placa de hierro con un hueco para que el clavo no desgastase la piedra y ayudara a su rotación.
En esa masada, en un pequeño montículo muy cercano encontré esta piedra con restos de cerámica.